¡Hola! Soy Ana y este es mi blog con la historia de cómo dejé mi trabajo estable de 9 a 6, seguro médico, vacaciones pagadas y fondo de ahorro por perseguir mis sueños, cómo me di cuenta de cuáles eran mis sueños, cómo les he dado forma poco a poco y cómo día con día alcanzo una nueva meta. Hoy vivo feliz la mayor parte de mi tiempo.
En esta ocasión, la entrada de mi blog se refiere a:
¿Cuándo me di cuenta de que era el momento de cambiar la “seguridad” por aventurarme en un plan personal?
Mi historia es la siguiente,
¡Había conseguido el empleo de mi vida!, siempre había deseado tener un puesto gerencial en una aerolínea internacional. No me importaba si era en finanzas, RRHH o ventas. Me quería ver rodeada de ese glamour que la industria de la aviación comercial les otorgaba a sus empleados. Lo había podido ver en segundo plano porque mi papá había sido subdirector en una aerolínea y gracias a esto yo había crecido viajando por todo México y también en el extranjero. Cuando llegó mi gran oportunidad, no lo dudé ni un segundo. Acepté de inmediato una oferta inmejorable para inaugurar la primera ruta comercial de una aerolínea del este de Asia a México. Nada podía ser mejor que eso. Recuerdo también que un pensamiento pasó por mi cabeza y fue: ¿Ahora qué voy a hacer con lo que me sobre de mi sueldo?, empezaré a comprar cosas como tés y vinos más caros… nótese que no tenía idea alguna de educación financiera. Recién iniciando mi trabajo anhelaba montarme en ese glamour que conllevaba mi flamante puesto. Y por varias semanas y meses, ¡me lo creí! Pero después empecé a darme cuenta de que algo no hacía sentido. Después de un año, ¡el avión iba y venía vacío!

¿Cuántos hemos trabajado y sentido satisfacción al hacer un trabajo que nos gratifica y nos llena de sentido? Había anhelado tanto esa oportunidad y cuando la tomé, sentía que mi trabajo carecía de significado. ¡Y si!, asistía a todos los eventos representando a la empresa, era divertido, pero existía un vacío en mí. Yo no estaba avanzando profesionalmente y empecé a analizar si esto era algo que me habría podido suceder antes pero no lo había visto. Recordé empleos anteriores donde inclusive había perdido amigos por no coincidir en un punto de vista, siempre laboral. Cuando tuve que despedir gente por “malos” resultados y me di cuenta de que todo eso me lo pude haber ahorrado. Pude haber tenido mejores amigos en mis trabajos, pasármela mejor en general y seguir creciendo tanto personal como profesionalmente. Ahí llegó el momento de pensar que trabajar para alguien más podía no ser la opción para mí.
Si has sentido que tu labor profesional no te llena por completo, quizá será hora de cambiar. Puedes cambiar de trabajo o ¡de carrera! Ten en cuenta que cuando nos vemos forzados a hacer una elección de carrera, la gran mayoría de los estudiantes en México apenas tienen 17, 18, 19 ó 20 años. ¿Qué nivel de autoconocimiento podemos llegar a tener a esa edad? Admiro a todos los que a esa edad decidieron acertadamente lo que iban a dedicarse el resto de sus vidas. A todos los demás, no han sido los únicos. Cambiar de trabajo o de carrera no es una decisión sencilla. Quizá la decisión lo pueda ser, pero no lo es la puesta en marcha. Esto no quiere decir que debas pasar por alto las ganas de querer cambiar. Quiere decir que lo más apropiado es llevar a cabo un plan para hacerlo lo mejor posible. Y si no eres de los que planea, será difícil, pero debes confiar en tu intuición.

Quiero compartirles una metáfora. Mi intención a partir de esta semana es escribir y preparar un video con una metáfora que sea capaz de responder y darles más claridad a las preguntas que se hayan hecho con respecto al cambio de carrera. En mi video de youtube, encontrarán esta misma metáfora, pero en forma de meditación guiada.
El Panda Gigante Ejecutivo
Había una vez en las montañas de la provincia Sichuan, en China, un joven panda gigante llamado An Ran quién vivía con su familia. La familia An era dueña de una de las 4 empresas de fabricación de artículos de cobre que había en la región. Les iba bastante bien. An Ran quería tener la oportunidad de dirigir la empresa y actuar como director así que aprovechaba cada ocasión para poder sobresalir y llamar la atención de los directivos de la empresa y de su papá, quien era el actual director. Lo que más quería An Ran era poder decir y presumir que era el director de la empresa.
Un día el papá de An Ran se lastimó y la gran oportunidad de An Ran llegó. Su papá iba a estar fuera en recuperación indefinidamente y la responsabilidad de la dirección le había sido delegada. Él estaba muy emocionado. Mandó rápidamente a hacer sus nuevas tarjetas de presentación y empezó a desempeñar el papel que tanto había anhelado. Todos los días se levantaba, iba a la oficina, todo marchaba bien, las ventas crecían, la gente era muy amable, todo lo que él quería se había hecho realidad. Pero, por algún motivo, él no se sentía bien, no se sentía completo, sentía que algo faltaba y hasta empezó a perder motivación de ir a trabajar todos los días. Empezó a reflexionar qué era lo que realmente quería hacer. Toda su vida había perseguido el sueño de dirigir su empresa familiar y cuando llegó ahí, no le había gustado. ¿Qué podía haber sucedido? Empezó a querer hacer otras cosas, pero tenía la responsabilidad de la empresa. Parecía que no se podía ir. Después de darle vueltas por semanas, meses y hasta un par de años, tomó valor y decidió hablar con su papá y con los directores de la empresa para dejar la posición.
A todos les sorprendió la decisión porque la empresa caminaba muy bien; sin embargo, habían percibido a un An Ran menos motivado, menos alegre desde hacía un par de años. Así un día, An Ran dejó la posición que tanto había anhelado unos años atrás y con una sonrisa en la cara salió de la empresa confiado en que esa era la mejor decisión, salió feliz y con una gran expectativa de lo que iba a encontrarse, de lo que iba a aprender, del camino que empezaba de ahora en adelante. Un día el papá de An Ran se lastimó y la gran oportunidad de An Ran llegó. Su papá iba a estar fuera en recuperación indefinidamente y la responsabilidad de la dirección le había sido delegada. Él estaba muy emocionado. Mandó rápidamente a hacer sus nuevas tarjetas de presentación y empezó a desempeñar el papel que tanto había anhelado.
En las próximas entradas de mi blog, les hablaré más acerca del primer paso para cambiar de carrera. Por ahora, déjame saber tus comentarios y de qué te gustaría leer.
¡Gracias!
¡Hola! Me gusto mucho tu historia. Espero nuevos contenidos de tu blog. Saludos